viernes, 18 de enero de 2013

La biblioteca estaba más silenciosa que de costumbre

Sandra Berrocal Herrero
Cuando llegué el lunes a mi puesto de trabajo, el correo electrónico me sacudió un mazazo, duro no sólo por imprevisto. Nadie podía esperar que su vitalidad se apagase en un suspiro, justo en el momento en que estaba cumpliendo uno de sus grandes deseos.
La conocí hace ya muchos años, cuando comenzamos a compartir empeños laborales en la misma biblioteca burgalesa en la que trabajo. Llegó desde Valladolid para asentarse en estas tierras burgalesas, donde halló acomodo para formar una familia, aunque para ello no pudiera ahorrar esfuerzos. La paciencia premió su espera cuando su después esposo logró un puesto de trabajo en esta misma ciudad. Pero hasta China tuvieron que desplazarse para alcanzar su sueño: ser padres. Por su carácter, a todos nos resultaba muy fácil compartir sus ilusiones, la apasionada espera, la desbordante alegría con la que nos presentó a su niña, a la que hemos visto crecer en estos años. Un carácter el suyo que impregnaba todos sus afanes. Meticulosa en sus responsabilidades, en el trato con el usuario destacaba por su afabilidad, y últimamente comenzaba a practicar con las nuevas herramientas de la comunicación para compartir esa experiencia con nuestros usuarios.
Sandra, Quique y Neila
Lejos de agotarse, su generosidad crecía. En los últimos años había renovado su ilusión, afanada en volver a adoptar, y desde hace apenas unas semanas presidía la delegación burgalesa de la Asociación Nacional en Defensa del Niño - ANDENI. Recuerdo como si fuera ayer una conversación más distendida de lo habitual —el marco, el Paseo del Espolón, era propicio— que mantuvimos a comienzos del pasado verano. Estaba emocionada porque, según sus noticias, posiblemente estas Navidades podrían adoptar de nuevo en China, tal vez un niño. Y, efectivamente, este mes de diciembre se despidió de todos nosotros porque en breve iniciaría su viaje y pasarían muchos meses antes de que se reincorporase a su puesto laboral. Ninguno podíamos sospechar que no volveríamos a verla, que —con apenas 41 años— ese abrazo sería el último que nos diésemos. Estando en China, mientras esperaba poder hacerse cargo de un nuevo pequeño, emprendió su marcha definitiva.
El lunes fue, pues, un día muy especial. La biblioteca estaba más silenciosa que de costumbre, y ese silencio nos pesaba como una losa. Quienes, como yo, la trataron sobre todo en el ambiente laboral saben que no exagero al decir que su sonrisa era el contrapunto ilusionado cuando la rutina o el desencanto nos rondaban, que sus azules ojos irradiaban una serena alegría que a todos nos confortaba. Viviendo en un pueblo cercano a nuestra ciudad, parte de su vida se desarrollaba en el barrio en que está enclavada la biblioteca en que trabajaba, un barrio en el que ya los vecinos la echan de menos. Sus restos llegarán hoy a España y mañana nos desplazaremos a Medina de Rioseco —de donde son originarios sus ascendientes— para sumarnos al homenaje familiar. Pero sus compañeros no queremos limitarnos a este simple gesto. Recopilamos fotografías y recuerdos, hablamos de dedicar un pequeño espacio a su memoria; tal vez un árbol en el parque situado junto a la biblioteca, que cobije a nuestros vecinos, que ofrezca una sombra donde leer, que vele porque nunca perdamos la ilusión confundidos por el desaliento, que sea —en definitiva— símbolo de su presencia en el Burgos que la acogió, en esta biblioteca que es también fruto de sus afanes. Aún no sé cómo cristalizará este propósito. Sirvan estas palabras de sentido y sincero preámbulo.

4 comentarios:

  1. Hola,

    Somos buenos amigos de Sandra y Quique y su familia nos ha pedido que le trasmitamos su agradecimiento por la dedicatoria tan bonita que le ha escrito a Sandra en su blog.

    Su madre nos ha comentado que le haría mucha ilusión que la iniciativa que está planteando se llevara a cabo. De hecho, no tiene inconvenientes en facilitar fotos o participar en cualquier acto en memoria de su hija. Le gustaría acudir a la biblioteca en algún momento.

    Le agradeceríamos que nos indicara de qué manera se pueden poner en contacto con usted para poder llevar a cabo esta propuesta. Nosotros también podríamos enviarle fotos de los maravillosos momentos que hemos compartido con Sandra y Quique.

    Muchas gracias por su respuesta

    María José Mañá y Grant Croker

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    1. Inmediatamente doy traslado de su escrito a la Dirección de la Biblioteca.

      El texto de la entrada en esta bitácora trata de reflejar mis sentimientos personales ante el fallecimiento de Sandra, sentimientos que sé compartimos todos sus compañeros, como se refleja en la carta que se leyó durante el funeral en Medina.

      Les ruego transmitan mis respetos a los padres de Sandra, y a Quique un fuerte abrazo de su compañero.

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  2. Hola soy Quique, y no tengo palabras para expresar lo que siento, lo que se me viene a la cabeza en estos momentos,es expresar todo el amor inmenso que sentía por Sandra, recordar cómo ella siempra intentaba ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, y ofrecía su cariño y afecto a los amigos en los momentos difíciles quelo necesitaban. Desde el dolor que siento por su pérdida expresar todo mi agradecimiento por todas las acciones que habeis tomado en recuerdo de Sandra, y que contaís con mi apoyo para cualquier iniciativa.

    Un abrazo,Quique

    Pronto os haré una visita a la biblioteca

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    1. Os estaremos esperando con los brazos abiertos e intentaremos dibujar en vuestro rostro una sonrisa, en su recuerdo.

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