Después de lo
recientemente sucedido en Barcelona (y en Cambrils), se han producido duros encontronazos entre
quienes se prodigan difundiendo imágenes de cierta crudeza y los que han reprobado sin medida este comportamiento. Junto a quienes no han encontrado justificación alguna para la difusión de semejantes imágenes y hasta han jaleado la
censura, otros como
Gerardo Tecé han mantenido semejante postura por el simple hecho de tratarse de un suceso próximo, ocurrido en nuestro propio hogar, pero han justificado su empleo "cuando se trata de una guerra lejana, en la que una imagen, por violenta que sea, puede informarnos de algo que desconocíamos que está pasando y puede concienciarnos sobre ello".