Mientras semanas atrás se producían los conocidos incidentes en el burgalés barrio de Gamonal, opté por
guardar un discreto silencio, entre atónito e indignado por lo que ocurría y
cómo se estaba contando. Burgos comenzó a abrir los partes radiofónicos y las
noticias televisivas, a ocupar espacio en las portadas de la prensa nacional e
internacional; pero no era por la Capitalidad Española de la Gastronomía —cuyo
balance habrá que afrontar algún día—,
ni siquiera por el frío con el que se asocia injustamente esta capital. La
imagen que de ella se ofrecía distaba mucho de ser un reclamo turístico o
industrial. Aun así estaba dispuesto a callar mi opinión, hasta que un buen
amigo y letrado me preguntó sobre mi parecer. Como habría sido descortés en
extremo mantenerme en mis trece, he optado por poner negro sobre blanco los
sentimientos e ideas que me han asaltado los días pasados.
miércoles, 29 de enero de 2014
miércoles, 8 de enero de 2014
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