A estas alturas del mes de marzo son ya bastantes las crónicas, los análisis y los comentarios publicados en la web sobre lo que dio de sí la cuarta edición de iRedes, el ya tradicional Congreso Iberoamericano de Redes Sociales que viene celebrándose anualmente en Burgos. Aquí están algunos de los posts que he podido leer al respecto, que —con sus matices y diferencias— confirman la consolidación de un evento que tiene como primera peculiaridad la de realizarse en una ciudad que no destaca precisamente por ser un destino preferente del llamado turismo congresual.
Esta edición de iRedes ha contado con algunas peculiaridades dignas de reseña, aunque les corresponda el capítulo de lo anecdótico. Así, mientras en la edición del pasado año se situaron frente al Fórum Evolución —el palacio burgales de congresos— algunos manifestantes que protestaban por la presencia de Yoani Sánchez [@yoanisanchez], en esta ocasión han sido jovencísimos fans de los youtubers invitados —Ismael Prego [@wismichu] y Alejandro Bravo [@aLexBY11]— quienes ocuparon ese espacio durante horas, pacientes en la espera para lograr un autógrafo o una fotografía con sus ídolos. Claro que, si de fotografías hablamos, es evidente que este iRedes ha padecido el boom de los selfies, es decir, de las autofotos, cuya misma denominación provocó la preocupación de los asistentes:
Hubo autofotos de muchos tipos, desde las más simples (para testimoniar la presencia en el evento) a las duales, grupales (modalidad con una sola cámara, popularizada en la última ceremonia de los Oscar) y colectivas (todos juntos, pero cada uno con su propio dispositivo), pasando por el #autorretrete popularizado en Burgos por Caín Santamaría [@cainsan]. Sin duda alguna, el fenómeno de la autofoto pasará a la historia menuda de este congreso, que contó con notables y valiosas intervenciones. Posiblemente la más esperada fuese la de el periodista Pedro J. Ramírez [@pedroj_ramirez] —fundador del diario El Mundo, aunque en la presentación se le atribuyera erróneamente la de su más directo competidor, El País, desatándose la hilaridad de los asistentes— al alimón con el divulgador científico y ex ministro Eduard Punset [@epunset] por el valor mediático de ambos protagonistas. Muy ilustrativa resultó la conferencia inaugural pronunciada por Laura González-Estéfani [@Lauragestefani], directora de Alianzas Estratégicas para Latinoamérica de Facebook, en la que presentó la propuesta de su plataforma para universalizar la conectividad a Internet, lo que fue recibido con algunos comentarios críticos a través de Twitter:
También tuvieron su punto el resto de los participantes en las sesiones realizadas en la sala de conferencias, intervenciones que —además de los ya mencionados talleres— pueden verse en la correspondiente lista de reproducción en Youtube. Pero me gustaría llamar la atención sobre la más atípica de todas ellas.
La charla de Álvaro González-Alorda [@agalorda], programada con el título "Relaciones online y conversaciones offline", versó finalmente sobre lo que dio en llamar "El reto de la #GeneraciónPuente", aquella «que cruzó el puente del mundo analógico al digital [...] el periodo de mayor cambio en la historia de la Humanidad». Los nuevos hábitos, vinculados al uso desenfrenado de las novísimas tecnologías, tienen ineludibles consecuencias, de las que el conferenciante destacó la adicción misma, el aumento del narcisismo y la vanalidad de la amistad. Estos hábitos provocan que reduzcamos drásticamente nuestra atención a familiares y verdaderos amigos. Modificar estos comportamientos puede no resultar sencillo, pero el conferenciante aportó una relación de siete actividades útiles para entrar en modo avión, útiles para la destecnoxicación, «para conectar con las personas que tenemos delante de nosotros, no detrás de la tecnología»:
No me es posible trasladar el tono con que expuso estas actividades —a las que yo, personalmente, añadiría una octava: leer literatura—, así que invito a visionar su intervención, con la que fue capaz de movilizarnos a la reflexión y, tal vez, a la modificación de ciertos hábitos tóxicos.
Como siempre, al valor de ésta y otras intervenciones se sumarán las horas dedicadas al networking —las relaciones sociales de toda la vida—, siempre tan provechosas, propiciadoras de las conversaciones offline, que te permiten "poner cara" al tuitero oculto tras su avatar —como nos ocurrió con Gorka Limotxo [@Gorkalim]— o reconocer la personalidad real de otros.
La estructura del evento ha sido en esta ocasión aún más variada que en años anteriores al añadirse a los tradicionales formatos (mesas redondas, diálogos, charlas enredadas...) unos talleres sobre el papel muy atractivos. Sin embargo, y al parecer con la única excepción del dedicado al emprendimiento en Internet, no llegaron a cumplir las expectativas. A pesar de lo interesante de sus contenidos, la gran cantidad de público inscrito dificultó enormemente la aplicación de la fórmula elegida, algo que sin duda será corregido en el futuro. Con todo, cabe sin duda agradecer a los organizadores el esfuerzo llevado a cabo para la celebración de este congreso quier se ha ganado a pulso su lugar en la agenda de profesionales de la información y la comunicación, geeks y demás gente conectada. Agradecimiento que alcanza a los responsables técnicos que garantizaron la cobertura 3G en el edificio —esta vez, sin problemas— y mejoraron la señal WiFi, así como a quienes decidieron que se obsequiase a los asistentes con un ejemplar de la obra de Frédéric Martel Cultura Mainstream. Y, por supuesto, también a los políticos asistentes, que optaron por no apropiarse del micrófono, de modo que los asistentes pudimos disfrutar de principio a fin de aquello que nos había motivado para acudir a iRedes.
Esta edición de iRedes ha contado con algunas peculiaridades dignas de reseña, aunque les corresponda el capítulo de lo anecdótico. Así, mientras en la edición del pasado año se situaron frente al Fórum Evolución —el palacio burgales de congresos— algunos manifestantes que protestaban por la presencia de Yoani Sánchez [@yoanisanchez], en esta ocasión han sido jovencísimos fans de los youtubers invitados —Ismael Prego [@wismichu] y Alejandro Bravo [@aLexBY11]— quienes ocuparon ese espacio durante horas, pacientes en la espera para lograr un autógrafo o una fotografía con sus ídolos. Claro que, si de fotografías hablamos, es evidente que este iRedes ha padecido el boom de los selfies, es decir, de las autofotos, cuya misma denominación provocó la preocupación de los asistentes:
Estaremos a tiempo de que 'selfie' no acabe con la palabra autofoto o es otra batalla perdida… #iRedes
— Javier Gil (@JavierGilGar) marzo 6, 2014
By @metropoliscomu vía Twitter |
Laura González-Estéfani identifica acceso a internet con conexión a Facebook. La parte por el todo #iRedes
— Manuel Rivas (@mrivasalvarez) marzo 6, 2014
Lo único que me da grima de la charla de Laura González es que parece que Internet es lo mismo que Facebook #iRedes
— Marc Torrano (@marctorrano) marzo 6, 2014
#iRedes Titular: "Facebook, altruismo en estado puro"... según Laura González... #yyomechupoeldedo
— Cristina Juesas (@Maripuchi) marzo 6, 2014
Tal vez me ocupe en otra oportunidad del proyecto impulsado por Facebook, pero no me resisto a ofrecer el pequeño reportaje con el que la conferenciante ilustró su intervención, en el que se resalta el importante papel desempeñado por un humilde bibliotecario en el seno de una comunidad indígena Maya.También tuvieron su punto el resto de los participantes en las sesiones realizadas en la sala de conferencias, intervenciones que —además de los ya mencionados talleres— pueden verse en la correspondiente lista de reproducción en Youtube. Pero me gustaría llamar la atención sobre la más atípica de todas ellas.
La charla de Álvaro González-Alorda [@agalorda], programada con el título "Relaciones online y conversaciones offline", versó finalmente sobre lo que dio en llamar "El reto de la #GeneraciónPuente", aquella «que cruzó el puente del mundo analógico al digital [...] el periodo de mayor cambio en la historia de la Humanidad». Los nuevos hábitos, vinculados al uso desenfrenado de las novísimas tecnologías, tienen ineludibles consecuencias, de las que el conferenciante destacó la adicción misma, el aumento del narcisismo y la vanalidad de la amistad. Estos hábitos provocan que reduzcamos drásticamente nuestra atención a familiares y verdaderos amigos. Modificar estos comportamientos puede no resultar sencillo, pero el conferenciante aportó una relación de siete actividades útiles para entrar en modo avión, útiles para la destecnoxicación, «para conectar con las personas que tenemos delante de nosotros, no detrás de la tecnología»:
Acrividades #modoavion
1. Nadar
2. Cuidar
3. Enseñar
4. Colaborar
5. Jugar
6. Rezar
y 7. Conversar
@agalorda en #iRedes
— Rafael Ibáñez (@rafaeliba) March 7, 2014
Como siempre, al valor de ésta y otras intervenciones se sumarán las horas dedicadas al networking —las relaciones sociales de toda la vida—, siempre tan provechosas, propiciadoras de las conversaciones offline, que te permiten "poner cara" al tuitero oculto tras su avatar —como nos ocurrió con Gorka Limotxo [@Gorkalim]— o reconocer la personalidad real de otros.
La estructura del evento ha sido en esta ocasión aún más variada que en años anteriores al añadirse a los tradicionales formatos (mesas redondas, diálogos, charlas enredadas...) unos talleres sobre el papel muy atractivos. Sin embargo, y al parecer con la única excepción del dedicado al emprendimiento en Internet, no llegaron a cumplir las expectativas. A pesar de lo interesante de sus contenidos, la gran cantidad de público inscrito dificultó enormemente la aplicación de la fórmula elegida, algo que sin duda será corregido en el futuro. Con todo, cabe sin duda agradecer a los organizadores el esfuerzo llevado a cabo para la celebración de este congreso quier se ha ganado a pulso su lugar en la agenda de profesionales de la información y la comunicación, geeks y demás gente conectada. Agradecimiento que alcanza a los responsables técnicos que garantizaron la cobertura 3G en el edificio —esta vez, sin problemas— y mejoraron la señal WiFi, así como a quienes decidieron que se obsequiase a los asistentes con un ejemplar de la obra de Frédéric Martel Cultura Mainstream. Y, por supuesto, también a los políticos asistentes, que optaron por no apropiarse del micrófono, de modo que los asistentes pudimos disfrutar de principio a fin de aquello que nos había motivado para acudir a iRedes.
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